En cada generación, Dios despierta a Su pueblo con un mismo clamor: “Aviva tu obra, oh Señor, en medio de los tiempos” (Habacuc 3:2). En este poderoso cierre de la serie “Unidos”, el Pr. Ezequiel Santos nos recuerda que todo verdadero avivamiento comienza cuando el corazón del pueblo se une con el corazón de Dios. Inspirado en Nehemías 8, este mensaje nos lleva a redescubrir las señales del mover del Espíritu: hambre por la Palabra, corazones rendidos en adoración, arrepentimiento genuino y un gozo que nace de la presencia de Dios.
El avivamiento no es solo un evento, sino una respuesta: cuando dos o más caminan juntos en un mismo propósito (Eclesiastés 4:9-12), el fuego del Espíritu se enciende con mayor fuerza. En Jesús recordamos el regreso de la presencia divina al corazón del pueblo (Hechos 2:41-46), y comprendemos que una iglesia unida no solo sobrevive… sino que avanza, transforma y aviva todo lo que toca.
El avivamiento no es solo un evento, sino una respuesta: cuando dos o más caminan juntos en un mismo propósito (Eclesiastés 4:9-12), el fuego del Espíritu se enciende con mayor fuerza. En Jesús recordamos el regreso de la presencia divina al corazón del pueblo (Hechos 2:41-46), y comprendemos que una iglesia unida no solo sobrevive… sino que avanza, transforma y aviva todo lo que toca.


