"Al correr a Jesús, el lugar de nuestra frustración puede transformarse en el lugar de nuestra mayor victoria."
Lectura Bíblica - Juan 21:1-19
A veces es imposible comenzar una nueva etapa en nuestra vida cuando nos rodea la sensación de fracaso. Cuando hemos intentado mucho y nada ha funcionado, es difícil esperar cosas nuevas. Pero en el Señor podemos siempre volver a comenzar.
El fracaso o el error pueden llegar a definir nuestra identidad de la misma manera que lo pueden hacer las cosas que más amamos o las situaciones que nos rodean. Por haber fracasado, no eres un fracasado. Por haber fallado, no estás descalificado. Entender esto es primordial para poder experimentar lo nuevo de Dios.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." 2 Corintios 5:17
Pedro no supo como superar esa sensación. La sensación de haber fallado. De no estar a la altura. De no dar lo que se esperaba de Él. Por eso mientras espera a Jesús en el mar de Galilea piensa que lo mejor es volver atrás. ¡Voy a pescar! Era la resignación a ser la persona que solía ser antes de encontrarse con Jesús. Por eso después de fallar una de las cosas más importantes es no mirar atrás.
En Lucas 17:32 Jesús dijo: "Acordaos de la mujer de Lot." Es uno de los versículos más cortos de la Biblia, pero contiene una fuerte advertencia a todos los que hemos decidido seguir a Jesús.
La mujer de Lot tenía un futuro por delante, Dios tenía planes para su familia. Dios había tenido misericordia de Lot y su familia y los estaba librando de la destrucción que asolaba Sodoma y Gomorra. Para experimentar lo nuevo de Dios en sus vidas solo había un requisito: "Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas" (Gn 19:17).
Mientras corrían hacia adelante la mujer no pudo resistirse a pensar en todo lo que dejaba. Y al girar su rostro, se convirtió en una estatua de sal. Se perdió todo lo que Dios podía hacer en ella.
"Su anhelo por lo que estaba dejando atrás era mayor que la provisión, el propósito, y la promesa que estaba por delante. Ese anhelo le llevó a estar atrapada en un lugar por donde solo debería de haber estado de paso."
Le pasó a la mujer de Lot, y le pasó a Pedro. Y nos puede pasar a nosotros. Jesús nos invita a la mesa de la gracia para que podamos retomar el camino que Él ha preparado. Para que abracemos su propósito. Para que descubramos como la vida tiene sentido cuando nos entregamos a sus planes.
Puedes orar en este día y decirle a Jesús: ¡He decidido seguirte, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás!
¡Puedes mirar la historia del himno "He Decidido" a través del siguiente enlace!