Desde Éxodo 1:12-22, el Pr. Ezequiel Santos nos recuerda que incluso en los tiempos de mayor opresión, Dios sigue frustrando los planes del enemigo. Lo que el diablo intenta destruir, Dios lo transforma en propósito. Porque “para esto apareció el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8). A través de mujeres valientes, familias firmes y corazones temerosos de Dios, el Señor sigue levantando a anónimos con propósito, personas dispuestas a obedecerle por encima de todo (Hechos 5:29). Cada acto de fidelidad es una semilla que impacta generaciones; cada familia restaurada, una victoria sobre las tinieblas (Génesis 12:3). Este mensaje nos invita a vivir con valentía, fe y determinación, sabiendo que quien teme a Dios no tiene nada más que temer (Salmo 112:1).